martes, 26 de abril de 2016

Nuestro motor = nuestro cuerpo

Muchas veces cuando entrenamos nos centramos en cuidar la alimentación, en descansar lo máximo que podemos, en entrenar las máximas horas y días posibles, en calentar bien, estirar bien. Pero al final el cuerpo es como un vehículo al cual cada ciertos kilómetros hay que hacerle una revisión y cambiar filtros y aceite, y nuestra revisión se llama fisio y suele durar una hora.

Si  más o menos te gustan los coches, bien sabrás que cualquier coche puede durar muchos años y kilómetros, simplemente preocupándonos un poco de él de vez en cuando para hacerle la revisión y en cuanto escuchamos ruidos extraños o notamos cosas raras ir al taller para que el problema no vaya a más o que un pequeño problema vaya a algo grave o irreparable. Si tuviera que hacer un simil de nuestro cuerpo con respecto al coche sería tal que

- Cuidar la alimentación: echarle buen carburante al coche y buenos aceites.
- Descansar lo máximo que podemos: No parar el coche de golpe tras darle mucha caña.
- Calentar bien: Arrancar el coche y dejarlo calentar un poco antes de ponerse en marcha.
- Ir al fisio: Hacer la revisión.

Con todo esto tan sólo quiero decir que día tras día voy aprendiendo puntos claves para poder seguir haciendo lo que más me gusta durante muchos años. Esta  vez he aprendido lo importante que es ir al fisio, por lo menos una vez al mes. Otra vez lo he tenido que aprender a causa de una lesión, esta vez una condromalacia rotuliana; la cual empezó a darme guerra en Enero. Tras tomarme algunas semanas de descanso y ver que no mejoraba, decidí ir al trauma, me dijo lo que era, pero no me mandó fisio, tan sólo un tratamiento con pastillas. Así que yo decidí buscarme un fisio deportivo (fisiorehabilitación Vicálvaro). En tres sesiones conseguí pasar de poder pedalear durante 1 hora y media y terminando con molestias a poder pedalear durante 3 horas y terminando con unas pocas molestias. A la cuarta sesión ya pude meterme una carrera de MTB de más de 4 horas y terminando sin ninguna molestia. Pero lo que no me había atrevido todavía era salir a correr. Pero ya por fin el pasado día 23 de marzo estando de vacaciones en Calahorra decidí salir 30 minutos, 30 minutos en los que recordé lo que era correr y lo que me gusta, además disfruté porque notaba que la rodilla iba muy bien y que yo físicamente también.


Así que tras probar que ya puedo correr perfectamente, toca empezar a ir metiendo sesiones de carrera y a plantearme futuras carreras a pie, eso sí con mucha cabeza que este año el objetivo principal es la Quebrantahuesos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario