viernes, 5 de junio de 2015

5 horas 56 minutos

5 horas 56 minutos. Piensa en todo lo que puedes hacer en ese tiempo. A mi se me ocurre, que normalmente es más de la mitad de mi jornada de trabajo. En 5 horas 56 minutos puedo estar en casa en el sofá y con un bowl de palomitas haciéndome un maratón de películas. Durante 5 horas 56 minutos puedo estar jugando con los amigos a la play. En 5 horas 56 minutos, cuando estudiaba me podía preparar un examen. En 5 horas 56 minutos puedo estar volando hacia otro país. 5 horas 56 minutos podría estar durmiendo plácidamente. Durante 5 horas 56 minutos puedo estar visitando una ciudad nueva. 5 horas 56 minutos es casi una cuarta parte del día. En 5 horas 56 minutos estaba casi en Sevilla el 28 de mayo. Pero  yo durante 5 horas 56 minutos el otro día estuve con dos sensaciones un poco contradictorias, estuve sufriendo y disfrutando al mismo tiempo. 5 horas 56 minutos ese es el tiempo que tardé en hacer 113 km, nadando, dando pedales y corriendo. 113 km que en coche se hacen en poco más de una hora, y en tren seguramente que una media hora.

Esas casi seis horas es el resultado de 4 meses de entrenamientos específicos para esta prueba. 4 meses de salir a entrenar cuando no apetece, cuando el sofá parece que tiene un imán, días que aunque llueva, haga frío, haga calor sales a entrenar. Días que tienes que ir a nadar y no te apetece, días que te has pasado entrenando, o te has dejado engañar para entrenar más duro de lo que deberías y al día siguiente te levantas con las piernas hechas polvo, pero aún así tu sales a entrenar y rindes más de lo que podías pensar. 

También como no, están las excusas, que cansado estoy, que sueño tengo, que calor, que frío, como llueve, como nieva, que bien estoy en el sofá, es que se me hace tarde, es que el trabajo me ha dejado hecho polvo. Pero sí o sí tienes que aprender a pasar de ellas y entrenar, tener siempre en mente tu objetivo y lo que realmente te gusta y quieres, que es terminar un medio Iron Man en mi caso. Porque al final lo que nos ayuda a salir a entrenar es la motivación.

Últimos 500 metros para llegar a ser “Finisher” en Half triatlón Sevilla:

Jueves 28 de Mayo.

Me despierto a las 5:30 de la mañana, es un día de esos que te levantas rapidísimo y que no te quedas ni un segundo más en la cama. Desayuno como siempre mi cola cao, mi zumo de naranja y mis galletas. El día anterior ya había dejado el coche preparado con maletas y bicicleta en el maletero, así que simplemente me tenía que lavar, vestir y bajar al coche, por lo cual a las 6 ya estaba en la carretera. Después de más de 6 horas y unos 650 km llego a Sevilla sobre las 12 y 20. Llego al hotel tiro las maletas en la habitación, me bajo a recepción me explican cómo ir al centro de la ciudad y me voy. Nada más llegar me busco un sitio donde comer. Después visito la ciudad un poco por encima y cuando me iba al hotel me cruzo con el autobús del Sevilla, que venían del aeropuerto para celebrar la victoria de la Europa League con los Sevillanos, así que aprovecho y me quedo a verlos aunque no sea del Sevilla. Finalmente llego al hotel sobre las  20:30 por lo cual llego cojo el descuento que me habían dado para cenar, me compro un sándwich, me lo llevo a la habitación y sobre las 23 me voy a dormir, que al día siguiente tengo planeado ir a entrenar un poco y a la comida de pasta que entra con la inscripción al triatlón. Además este día acabé con las piernas casi peor que después de la carrera.

Viernes 29 de Mayo.

Me despierto como casi siempre a las 8 de la mañana, pero hoy sí que sí me quedo unos minutos en la cama, bajo y desayuno tranquilamente. Después de desayunar me cojo la bici y me hago 20 kilómetros para soltar piernas y después 30 minutos de correr. Llego al hotel me ducho y me voy al centro de Sevilla que tenía comida de pasta y recogida de dorsales. Después de terminar de comer, me vuelvo otra vez al hotel a descansar un poco, ya que las piernas las tenía cansadas del día anterior. Me levanto de la siesta a las 17:30 me lavo, me visto y me voy a la zona donde comenzaba el triatlón y donde el viernes habilitaron para entrenar un poco la natación. Cuando llego al río me encuentro que hay mucho viento, lo que provoca que el agua esté muy movida y la verdad, se me quitaron las ganas de nagar; como he dicho al principio excusas, así que lucho por quitarme la excusa de la cabeza y finalmente me cambio, me pongo el bañador y me voy al pantalán, como siempre me siento con las piernas en el agua mientras me coloco gafas y gorro. Decido no tirarme de cabeza, porque justo hacía unos minutos me habían comentado que se saldría desde el agua, me pongo a nadar, y la verdad que con buenas sensaciones, y sobre todo viendo que realmente no tenía corriente el río, lo que me deja muy tranquilo, se lo transmito cuando puedo a mi hermano para que él también se quede tranquilo. Después de nadar 400 metritos, me quedo viendo a “mis rivales” y después voy a la charla técnica, Donde nos explican todos los detalles de la prueba y lo que está y no está permitido, todo esto también se lo transmito por whatsapp a mi hermano para que se quede aún más tranquilo. Se acabaron los entrenamientos, ya sólo quedaba esperar a que llegara nuestro  amigo y entrenador de natación Juanma con su novia Cristina y a mi hermano. Llegan todos, vamos al hotel mi hermano y yo dejamos a Juanma y Cris en su habitación y nosotros vamos a la nuestra donde preparamos un poco todo para que al día siguiente no se nos olvide nada. Con la tontería casi nos vamos a dormir a las 2.

Sábado 30 de Mayo.

Por fin llegó el día de la prueba. Nos despertamos prontito, desayunamos. Mi hermano y yo nos quedamos toda la mañana en el hotel, Juanma y Cris se van a visitar la ciudad. Terminamos de preparar las bicicletas y las mochilas que nos llevaríamos. Vemos vídeos de Youtube para motivarnos un poco. Comemos pronto a eso de las 13 horas, un platito de macarrones. En cuanto terminamos nos subimos a la habitación cogemos todo lo cargamos en el coche y vamos donde se celebra la prueba. Llegamos pronto, pero aún así ya nos costó encontrar sitio. Descargamos el coche y nos vamos a los boxes. Empezamos a preparar todo en el box, como en todos los triatlones
Últimos preparativos en el box.
me pongo y me quito varias veces las zapatillas de correr para asegurarme que me entren sin problemas cuando venga de nadar, las dejo en la parte de debajo de la cesta. Las zapatillas de la bicicleta las dejo totalmente desabrochadas, con los geles y barritas encima de las de correr y con los calcetines dentro y el reloj también, el casco lo dejo encima  del todo y con las gafas de sol encima. El portadorsal con el dorsal número 456 lo dejo como siempre en el manillar de la bicicleta. De repente escuchamos como la cámara de una bicicleta estalla. Estaba uno de la organización y nos explica que es por el calor que hace, así que decimos bajar la presión de las ruedas, y después, poco antes de que cierren el box, hincharlas pero no a 8 sino que las dejamos a 7.5 y cruzamos los dedos de que no nos estallen las ruedas. Se acabaron los preparativos dejamos las mochilas en el guardarropa, quedamos con Juanma antes de empezar la carrera, nos da los últimos consejos, y nos vamos mi hermano y yo donde se harán las cámaras de llamada para las salida, eso sí antes probamos un poco el agua del río nadando uno metros. Ya sólo queda  esperar a que llegue las 15:34 que es cuando nos toca a los no federados.
Juanma nuestro y entrenador de natación.





Boxes.

Por fin nos llaman, nos vamos corriendo al pantalán, nos metemos al agua, nos colocamos detrás de la cuerda, nos chocamos las manos por última vez antes de empezar "el infierno"  y POR FIN dan la salida. Empiezo a nadar cuando saco la cabeza por primera vez para ver la bolla casi ni la veo, intento tomarme con tranquilidad la natación hasta la primera vuelta, como siempre al principio recibido alguna que otra patada y también arañazos, que no me entero en el momento, pero sí al día siguiente, que me encuentro las heridas. Hago la primera vuelta, me subo al pantalán, mientras lo atravieso me aprieto las gafas un poco , porque se me metió  agua al principio, me tiro otra vez al agua y empiezo a darle caña a la natación. Cuando me quedan unos metros para salir del agua se me monta el gemelo derecho, tengo que parar de dar patadas e intentar colocarlo antes de salir del agua. Llego a la plataforma de salida con la incógnita de si podré levantarme. Salgo a duras penas y me pongo a correr cojísimo, Cristina me dice que estoy a cinco minutos de mi hermano, le doy las gracias a duras penas, me voy a por mi bicicleta, me coloco el casco, dorsal, zapatillas, gafas y reloj y me voy con la bicicleta, con el gemelo bastante dolorido. Durante los primeros kilómetros veo a mucha gente parada porque habían pinchado, por lo cual yo voy intranquilo (finalmente no pinché) pasan los kilómetros y voy cogiendo ritmo encima de la bicicleta, me acoplo, como puedo ya que no tengo acoples, y me pongo a un ritmo de unos 40, 45 km/h. Por fin alcancé a mi hermano, llegamos al primer avituallamiento y casi no me pudieron dar agua. Vamos con la bicicleta a un buen ritmo, pero viendo que había mucho viento. De repente sobre el kilómetro 70 me empiezan a dar calambres, me termino el Aquarius que llevaba, y me concentro en pedalear, sin ir muy atrancado ni muy pasado de cadencia, me pasa mi hermano y casi ni le miro, porque iba casi llorando, pensando que no iba a llegar a la media maratón. Consigo que se relajen los calambres, se lo comento a mi hermano, me ofrece Aquarius, no lo acepto por si él lo necesitaba. Por fin llegamos a un avituallamiento donde hay plátano me lo cojo me lo como y los calambres se calmaron mucho más. Pero ahí no terminó el sufrimiento. Los últimos 10 km que se supone que eran para relajar ya que  picaba para abajo, fue todo lo contrario fueron 10 km eternos de viento en contra, que no podíamos ni parar de pedalear. Sólo cuando quedaban unos metros, pude quitar el plato grande para relajar un poco las piernas antes de bajarme a correr y afrontar los 21 km restantes.
Llego a boxes después de 40 minutos nadando y 3 horas 10 minutos en bicicleta. Cuelgo la bicicleta, me quito el casco, me cambio las zapatillas, me pongo el dorsal delante, antes de salir del box nos volvemos a chocar las manos, sabiendo que habíamos hecho una buena bicicleta, pero sin saber que nos tocaría sufrir bastante corriendo.
Empezando la carrera a pie.
 Empezamos la carrera a buen ritmo, pero yo estaba notando que tarde o temprano me tendría que parar  porque tenía bastantes calambres en la pierna derecha. Por suerte el primer avituallamiento estaba antes del kilómetro 1 me cojo todo lo que tienen, geles, sales y agua, me tomo todo y en el kilómetro uno me paro, consigo que se me calmen un poco los calambres y seguimos corriendo a buen ritmo hasta más o menos el kilómetro 5, porque mientras mi cuerpo iba a mejor el de mi hermano por desgracia iba a peor, no paró de tener flato y ganas de vomitar, así que desde entonces me tocaba tirar de él, nos paramos un par de veces. También se nos juntó un chico con el que yo intentaba que nos contara de todo para que a mi hermano se le hiciera más ameno los kilómetros, pero  llegó un momento en el que me dice mi hermano que tenía que parar, nos paramos otra vez, el chico se va. Esta vez sería la
Empezando segunda vuelta.
última vez, porque de repente miramos atrás y vemos la bicicleta de cierre de carrera (que luego nos dimos cuenta que era su primera vuelta todavía) mi hermano, por honor, se le pasan todos los dolores y empieza a correr y a un ritmo que me llevaba con la lengua fuera, así que los últimos 4 kilómetros, nos los hicimos como empezamos hasta el kilómetro 5. Aunque yo iba un poco con la lengua fuera, continué dándole ánimos y tirando de él hasta que por fin llegamos a meta, donde marcaba 6 horas (porque nosotros salimos 4 minutos más tarde que los federados) Paramos nuestros relojes, nos ponen las medallas, y nos damos un abrazo, sabiendo que lo habíamos conseguido, habíamos conseguido lo que buscábamos desde hacía unos 4 meses. Hicimos una media maratón horrible de 2 horas 10 minutos, pero nos daba igual porque habíamos llegado a meta que era lo importante, habíamos sufrido, sí, pero llegamos.
Llegada a meta.

META. 
  Ya sólo quedaba hidratarnos en el último avituallamiento, un poco de fisio y nos iríamos a cenar de tapas en un barrio de Sevilla, disfrutando de nuestra victoria personal.

Para mi esta llegada a meta y poder colgarme la medalla de Finisher significa ser finisher de dejar fantasmas atrás. Ser finisher de confirmar que hay que luchar por lo que quieres. Soy finisher de la constancia es lo más importante. Soy finisher de haz lo que más te gusta que sólo vivimos una vez y es muy corta la vida.

Por último dar las gracias a mi hermano por acompañarme en esta locura, quien ha tenido que sacrificar mucho tiempo  para poder estar junto a mi este día tan importante. También a Juanma por darme los entrenamientos de natación, que sin ellos me hubiese sido mucho más difícil salir del agua. También a mis padres que sufren mucho cada vez que salgo con la bicicleta, y que sufrieron mucho mientras nosotros a la vez estábamos sufriendo durante la prueba, ya que no pudieron estar allí con nosotros.


Y ahora después de conseguir mi objetivo de este año, seguiré entrenando duro, para hacer una maratón, pero sin abandonar el triatlón, ya que a final de junio tengo un olímpico y durante el verano podrá caer algún sprint o supersprint y en octubre si todo va bien nos veremos la cara otra vez con la media distancia en triatlón, pero esta vez en Málaga, donde Juanma se quiere estrenar.

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