martes, 25 de agosto de 2015

2 Entrenos 2 finales diferentes

Aunque haya tenido el blog un poco abandonado este mes no significa que no haya entrenado, todo lo contrario he entrenado bastante, pero sobre todo de bicicleta porque correr no puedo por una fascitis plantar que ya estoy tratando y nadar sólo puedo en aguas abiertas porque las piscinas de mi zona están cerradas en agosto, así que le estoy dando duro a la bicicleta.

Como dice el título de la entrada 2 entrenos 2 finales diferentes y con esto me refiero a mis dos últimos entrenos largos de bicicleta. Uno de 121 km y otro de 149 km. Ambos acabé reventado, pero el últimó casi me venció, así que os hago un resumen rápido de la primera salida y de la segunda os detallo un poco más.

Miércoles 12 de agosto, de vacaciones en el pueblo, decidí hacer una salida de 121 km para disfrutar pero sabiendo que iba a ser dura por las subidas que tenía. Era un recorrido de sube baja constante, pasando por zonas muy bonitas de Castilla La Mancha, recorriendo pueblos tanto de Cuenca como de Guadalajara. Lo más duro fueron los últimos 20 kilómetros donde iba reventado y lo que me quedaba casi todo picaba parar arriba. Finalmente llegué a casa pero muy satisfecho del entreno que había hecho, consiguiendo sacar una media de más de 26 km/h.

Altimetría entrenamiento en el pueblo


9 días después, 23 de agosto, ya en casa tocaba volver a entrenar después de una semana de descanso de no hacer nada de deporte, vaya aburrimiento.

Después de estar saliendo  3 días de fiesta en el pueblo y 4 días trabajando de noche, el sábado me acuesto pronto, a eso de las 11, y a las dos horas estoy despierto, lo peor era que a las 7 quería salir con la bicicleta. Aprovechando que no podía dormir más, aproveché para adelantar trabajo de la web donde trabajo como redactor androidzone.es. Sobre las seis desayuno para después sacar a la perra.

Finalmente sobre las 7:15 (cuando todavía estaba saliendo el sol) estoy en la calle con la bicicleta. Empiezo a dar las primeras pedaladas y realmente no sentía bien las piernas. En un principio la salida iba a salir sencilla, cerca de 150 km pero muy llanos, para rodar. Sólo el principio picaba un poco para arriba, pero me servía para calentar las piernas.

Por la altimetría del recorrido debería haber sido un entrenamiento rodador.


La temperatura de momento era buena, pero en cuanto empezó a subir un poco el sol y soplaba el viento, este venía muy caliente ya a eso de las 8 de la mañana, así que en seguida me di cuenta que iba a pasarlo mal con el calor, pero no sabía que me afectaría tanto como leeréis a continuación.

 Me voy encontrando muy pocos ciclistas, hasta que llego a El Saler por donde, por suerte me puedo poner a rueda de uno que iba a Cullera, como yo. Le doy un par de relevos, y ya me pongo a hablar con él. Le comento que iba a hacer cerca de 150 km, y él a eso me responde, pues ponte a mi rueda no me des relevos que yo sólo voy a hacer unos 60 km (que bonito es esto del ciclismo) Así que yo sin rechistarle me pongo a su rueda y me lleva a un ritmo de más de 30 km/h con el que yo me siento cómodo. Ya llegamos a Cullera, por desgracia ahí nuestros caminos se separan, ya que yo iba a dar la vuelta al pueblo para luego salir y volver a casa.

Dada la vuelta a Cullera, nada más coger la carretera dirección de vuelta decido parar para comer algo y cambiar el bidón vacío por el que tenía lleno en el portabidón de detrás del sillín. Así que paro como una barrita cambio los bidones y de repente me empiezo a encontrar mal, me empiezo a marear y la vista se  meempieza a ir. Dejo la bicicleta en el suelo y me intento tranquilizar. No sé cuánto tiempo pasaría pero quizás me costó recuperarme unos 5 minutos. En seguida me di cuenta que me había deshidratado. Así que me volví a montar en la bicicleta y el primer bar que me encontré, paré a almorzar, donde comí un bocata de bacon con queso, me compré una botella de agua de 1,5 litros y un Aquarius, ya que las sales que llevaba me las terminé para recuperarme de la deshidratación.

Después de hacer la parada obligatoria volví a pedalear y me volví a encontrar bien, pero notaba que había perdido mucha fuerza. Lo peor era que me quedaban como 40 km  para volver. entre mis pocas fuerzas, que el terreno picaba un poco para arriba en muchas ocasiones y EL VIENTO había tramos que no podía ni ir ni a 20 km/h. Así que fueron los 40 km más largos de vida y donde más había sufrido encima de la bicicleta.

Finalmente llegué a casa, tan reventado que dejé la bicicleta con los bidones y todo, me cambié, metí la cabeza debajo del grifo para refrescarme, bebí algo de agua y me fui directamente a dormir, ni siquiera comí.

Definitivamente esta ha sido la salida más dura de mi vida, por la deshidratación que sufrí que me dejó sin fuerzas y que después ni el tiempo (por el viento) ni el terreno me facilitaron nada la cosa para volver a casa.

Pero siempre hay que ser positivo y con este entrenamiento he aprendido a sufrir como un jabato, a no rendirme y  sobre todo a no subestimar a ningún entrenamiento, que todos se pueden volver muy complicados como este caso.

Os dejo esta frase que publicó hace poco Josef Ajram en su twitter, que resume mis pensamientos durante los últimos kilómetros de este entrenamiento:

" Es imposible dijo el orgullo.
Es arriesgado dijo la experiencia.
No tiene sentido dijo la razón.
Dale una oportunidad susurró el corazón".

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